Símbolos navideños: ¿De dónde viene la tradición del acebo y el muérdago?

Hay muchos símbolos de Navidad y Año Nuevo, pero ¿qué hay más emblemático que el acebo y el muérdago que adornan nuestras mesas, coronas y decoraciones durante las fiestas?

Prepárese un buen té navideño (¡con mucha canela, sobre todo!), siéntese en su sillón más cómodo y déjenos contarle la historia de estas bayas blancas y rojas que le acompañan cada año.

Símbolos de la naturaleza y la vida

Rústicos y coloridos, el acebo y el muérdago tienen una rica historia que se remonta a tiempos inmemoriales.

En la Antigua Grecia y Roma, el lenguaje de las flores estaba muy presente en la vida cotidiana, y era habitual decorar las casas y los altares, adornarse a uno mismo o agradecer a los seres queridos con bonitos arreglos florales en forma de coronas de flores o guirnaldas.

El acebo: protección y benevolencia

Símbolos de Navidad

Entre los romanos, los recién casados llevaban coronas de acebo como augurio de buena suerte y felicitación. En diciembre, durante la celebración del solsticio de invierno, era costumbre enviar regalos adornados con acebo a los seres queridos como muestra de benevolencia. Por otra parte, las creencias romanas y griegas eran muy similares, ya que para estos últimos el acebo era símbolo de previsión.

Pero fue en la tradición celta donde el acebo tuvo mayor impacto y se convirtió en el símbolo que conocemos hoy en día. Sus hojas espinosas hacían del acebo el protector por excelencia. Esta planta, que simboliza la persistencia de la naturaleza durante el frío glacial, era un signo de bienvenida para los espíritus buenos del bosque o los viajeros perdidos en el frío. ¡Pero sus virtudes no se detienen ahí! El acebo protegía de los malos espíritus, las brujas y los rayos divinos. A menudo adornaba los bastones de los druidas y se ofrecía a los hombres y mujeres de los pueblos para traerles buena suerte.

El simbolismo del acebo es tan fuerte que, al otro lado del Atlántico, los amerindios también lo veían como un símbolo de buena suerte y lo bordaban en sus ropas, pero también lo utilizaban como moneda de cambio con los pueblos que no tenían esta planta.

De hecho, en inglés, el acebo se llama holly , que suena como holy , que significa sagrado .

El muérdago: El que lo cura todo Símbolos de Navidad

Dada la forma en que crece, no es de extrañar que el muérdago despierte la imaginación.

Aéreo y enigmático, el muérdago, transportado por los pájaros, crece en árboles hospedadores como manzanos, álamos y, más raramente, robles. A diferencia de muchas plantas, sus ramas crecen sin buscar la luz y se extienden en todas direcciones.

Para los celtas y los galos, era una planta mágica que servía para curar el cuerpo, purificar el espíritu, ahuyentar a los malos espíritus, asegurar la fertilidad del ganado, pero también para invocar a los fantasmas y conversar con ellos.

El muérdago sagrado era el que crecía en el roble, símbolo de vida y sol para los druidas, y se recogía con una podadera de oro antes de ser recogido sin tocar el suelo sobre un paño blanco.

A continuación, el muérdago se repartía entre los habitantes para desearles un feliz año nuevo y se colgaba en sus hogares como señal de bienvenida.

Pero, al igual que el acebo, el muérdago ha sido utilizado por muchos países y culturas: asociado al dios Hermes entre los griegos, anunciador de tesoros en las leyendas serbias o símbolo de abundancia de cosechas en Francia o Inglaterra, esta planta legendaria tiene muchas caras y siempre ha estado rodeada de un aura mágica y mística.

Símbolos de Navidad y Año Nuevo

Aunque muy apreciados en la tradición pagana, el acebo y el muérdago se utilizan hoy en día para celebrar el nacimiento de Cristo.

El acebo: inmortalidad y protección

Para muchos, las hojas del acebo recuerdan la corona de espinas de Cristo, y sus bayas representarían su sangre. Sin embargo, hay un problema con este simbolismo, ya que lo que celebramos el 25 de diciembre es el nacimiento y no la resurrección.

¡La anécdota bíblica que da significado a esta planta tan singular es muy diferente!

Poco después del nacimiento del niño destinado a ser el rey de reyes, Herodes, temiendo por su reinado, mandó matar a todos los recién nacidos de la región de Belén. Perseguidos por los soldados del rey, María y José decidieron esconderse en un arbusto de acebo. Se dice que el árbol abrió su follaje para acogerlos, antes de cerrarse para protegerlos de los soldados. Una vez salieron de ese refugio, María decidió bendecir el acebo para que su follaje permaneciera siempre verde, convirtiéndolo en un símbolo de inmortalidad.

El muérdago: hospitalidad y buen augurio

El muérdago sigue siendo un símbolo de prosperidad y buen augurio. La tradición dictaba que los guerreros que se encontraban bajo el muérdago debían deponer las armas y hacer una tregua, lo que dio lugar a la famosa tradición del beso bajo la rama de muérdago.

Seguro que conoces esta tradición, pero nunca está de más repasar un poco cuando se trata de ofrecer amor a nuestros seres queridos.

Besarse bajo una rama de muérdago augura un buen año y prosperidad, y si se trata de dos enamorados, aún mejor, ya que es presagio de una boda próxima.

Símbolos o no, lo importante es divertirse.

Y así llega a su fin nuestro Cuento de Navidad.

Pero no podemos dejar que se vayan sin recordarles que el acebo y el muérdago no son las únicas plantas festivas, y que ustedes mismos pueden crear su propia leyenda, sus símbolos y, sobre todo, sus historias ilustradas con magníficas creaciones florales , de coronas de colores , o guirnaldas de flores que despertarán en ti la magia de las fiestas de fin de año. Para ayudarte a transmitir la magia de la Navidad, hemos preparado una pequeña selección de flores y otros adornos en nuestra tienda de Navidad .

¡No dude en compartir en los comentarios sus historias navideñas o sus ideas de decoración!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *